Una nueva especie floral austríaca se ha instalado en España para liderar el mercado del autoconsumo. Ayer se presentó en Madrid Smartflower, el primer sistema fotovoltaico ‘todo en uno’ del mundo. De fácil instalación, con sus 18 m2 de paneles solares móviles, esta tecnología es capaz de generar hasta 6.200 kWh/año, muy por encima de los 4.000 kWh de una vivienda media.
¿Quieres tener una flor fotovoltaica en el jardín de tu casa? ¿Y de qué color? La tecnología no está reñida con un diseño elegante y una idea original. Esa es la propuesta de la joven empresa austríaca que ha desarrollado Smartflower, un sistema fotovoltaico que sigue la trayectoria solar mediante un sistema de control astronómico que permite que sus paneles se sitúen siempre en un ángulo de 90º con respecto al sol. Gracias a ello es capaz de conseguir resultados óptimos en la generación de energía. Y todo de forma automática.
España, el país del sol
El director de Smartflower en España, Julio Matilla, se preguntaba durante la presentación “¿por qué en una España como la actual no tenemos acceso a una energía limpia, gratis e ilimitada?”. Por su parte, Alexander Swatek, CEO y fundador de la compañía, añadía que “nuestra meta consiste en hacer posible que cada vez sean más las personas que puedan generar su propia energía limpia para el autoabastecimiento de su hogar”.
La instalación de Smartflower POPTM se realiza fácilmente en menos de una hora, porque está todo incluido en el producto: inversor, paneles solares y la conexión.
La flor fotovoltaica de 3,2 kWp se caracteriza por un diseño sencillo, eficiente y compacto, creado por los diseñadores vieneses GP Designpartners. Con sus 2,65 metros de altura y sus 750 kg de peso, la eficiencia y el diseño se aúnan en una atractiva y original configuración de paneles en forma de pétalos, fabricados con un vidrio que proporciona una larga vida útil y excepcional resistencia a las inclemencias meteorológicas. La producción estimada, en función del punto geográfico donde se instale, se sitúa entre los 3.400 y los 6.000 kWh/año. En el caso de Madrid, se calcula que alcance los 5.520 kWh/año.
Está específicamente diseñado para seguir el movimiento del sol y, de este modo, optimizar la producción de energía.
Máxima energía solar
“Es un seguidor del sol, pero se maneja como un GPS, sabe cómo aprovechar la energía solar, manteniendo los 90º exactos de inclinación al sol, lo que se traduce en un aprovechamiento del 100% de su capacidad”, continúa Matilla. Además, capta la máxima energía solar gracias a sus paneles monocristalinos y a un circuito de conexión inteligente que abarca todas las superficies de los paneles y módulos solares. Smartflower POPTM produce suficiente energía, incluso en las horas marginales del día, lo que aumenta de forma determinante su rendimiento. Esta innovadora instalación suministra energía limpia desde que despunta el día hasta el crepúsculo. Con la puesta del sol, la central solar se pliega automáticamente volviendo a la posición de reposo.
Cómo conseguirlo
El producto ya se comercializa en España desde hoy mismo, con un precio neto alrededor de los 11.900 euros, se atornilla al solado o directamente a la tierra, pero es portátil, en caso de mudanza a otro lugar, es posible trasladar el sistema, sin complicaciones. Su rendimiento es un 40% superior al de las instalaciones fotovoltaicas que se instalan en el tejado.
Además, no tiene apenas mantenimiento porque cada vez que se despliega y pliega, smartflower POPTM se autolimpia de forma automática, eliminando el polvo de las placas, el cual reduciría la producción de electricidad, y cuenta con una excelente retroventilación al no estar apoyado en otra superficie, por lo que su refrigeración es un 10-20ºC superior a las instalaciones tradicionales sobre el tejado. Gracias a esta refrigeración, su rendimiento se incrementa entre un 5% y un 10% con respecto al de otras instalaciones.
Situaciones climatológicas adversas
Durante su funcionamiento, los sensores vigilan permanentemente la velocidad del viento. A partir de los 54 km/h, smartflower POPTM se repliega de forma automática para evitar posibles daños. En cuanto amaina el viento, la instalación se vuelve a desplegar, también de forma automática.